Semana Santa más allá de las saetas

Semana Santa en España es sinónimo de tradición, fervor, pasión y fe. Probablemente si hablamos de Semana Santa española, la mayoría de gente pensará en Andalucía  con sus saetas, sus madrugás, sus procesiones y sus costaleros. Sin embargo hay muchas otras tradiciones de semana santa que desgraciadamente no gozan de la popularidad  de la semana santa andaluza, pero que por su singularidad bien podrían hacerlo.

A pesar de ser oriunda de Tarragona, una de mis semanas santas favoritas es la del  Bajo Aragón, en la que los grandes protagonistas son los tambores y los bombos. Podríamos decir que la semana santa bajoaragonesa  se inicia el jueves santo en uno de los actos más emotivos y concurridos:  la rompida de hora. Consiste en que todos los habitantes del pueblo acuden a la plaza principal y allí aguardan en silencio sepulcral a que el minutero del reloj marque las doce. Cuando esto ocurre todos al unísono tocan con sus tambores y bombos rompiendo así «la hora». Dicen que esta tradición representa el estruendo que se escuchó en la Tierra tras la muerte de Jesucristo.

Tocando el bombo - Sí, eso es sangre

La rompida de hora da el pistoletazo de salida a una orgía de redobles en la que los fieles tocarán sus tambores y bombos día y noche durante 3 días.  Pasear por las calles de cualquiera de los nueve pueblos que conforman la Ruta del Tambor y del Bombo durante estas fechas es sinónimo de ruido(mucho ruido). Los forasteros más tiquismiquis probablemente saldrán a ver cómo se rompe la hora y seguidamente se pondrán unos tapones en los oídos para conseguir conciliar el sueño estos días. Si no se está acostumbrado resulta extraña la sensación que se nota justo cuando dejan de tocar los tambores (todos también al unísono). Un zumbido se apodera de tus oídos durante al menos media hora. Es comprensible ya que los nuestros órganos auditivos han estado expuestos durante tres días a un estruendo constante causado por más de 3000 tambores y bombos.

Resulta curioso ver cómo la pasión por el tambor hace que los fieles toquen incluso entre procesión y procesión, reuniéndose en cuadrillas que pasean por las calles del pueblo tocando su toque de tambor particular. Pero más curioso es aun cuando dos cuadrillas que tocan toques distintos se cruzan y tiene entonces lugar una pugna por  hacer oír el toque propio por encima del del otro grupo. No obstante, aunque pueda parecer que en este tipo de actos solo pueden tomar parte los habitantes del pueblos la realidad es más bien todo lo contrario. A diferencia de la mayoría de semanas santas españolas, la semana santa bajoaragonesa es altamente participativa y todo aquel, sea autóctono o foraneo, que consiga una túnica y un tambor, es bienvenido a participar en las procesiones que tienen lugar allí.

Este tipo de celebración ha sido declarada de interés turístico nacional y además se ha conformado una ruta turística que auna los nueve pueblos de la zona en los que se celebra la semana santa de esta forma tan peculiar. Quizás de todos ellos el más famoso es Calanda, cuna del director de cine Luis Buñuel, que a pesar de declararse ateo, era un asiduo a estos actos.

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